"No hay derecho. 400 euros es mucho dinero", dice Turco Levin, uno de los muchos inmigrantes que se concentraron hoy en la sede de la institución, en Lisboa, para tratar de pedir aclaraciones sobre el cambio en las normas de pago de los costes de programación.

Según los mensajes electrónicos enviados el miércoles por la noche a los inmigrantes con manifestaciones de interés que están a la espera de programar una reunión para completar sus procesos o como parte de la reagrupación familiar, AIMA exige el pago por adelantado de los costes.

Para los cónyuges de inmigrantes en situación regular, el coste es de 33 euros, para los ciudadanos de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP) el coste es de 56,88 euros y para el resto, el total es de 397,90 euros, a pagar en unos días.

"Hemos recibido 1.763 correos electrónicos al respecto", explica a Lusa la abogada Catarina Zuccaro, especialista en estos procesos, que critica la decisión.

"La gente lleva años esperando y ahora piden pagar por adelantado algo que no tenían. Esto es preocupante. Todo el mundo está súper asustado porque tiene miedo de perderlo todo. Toda una vida esperando por un visado y los que viven con un salario mínimo tienen grandes dificultades para pagar 400 euros de golpe", afirma el abogado, que acusa a AIMA de "solucionar sus problemas y no los de los inmigrantes".

Según los abogados, esta medida permitirá a AIMA "cribar" quién se queda realmente en Portugal, tras presentar una manifestación de interés.

"Lo entiendo. Hay mucha gente en el sistema y esto nos permitirá seleccionar [quién sigue en Portugal], pero es injusto. Hay otras maneras", consideró la abogada.

La rusa Valeria, que esta tarde esperaba su turno en la cola de la sede de AIMA, es uno de esos casos de desesperación de quienes no saben cómo van a pagar los costes del proceso.

"No he podido conseguir trabajo, no puedo sacar el dinero de Rusia por las sanciones. Tendré que elegir entre comer o pagar", dijo.


"Cambiar las reglas"

El líder de la comunidad bangladeshí en Lisboa, Rana Taslim Uddin, acusa a las autoridades portuguesas de "cambiar las reglas" sin tener en cuenta las "dificultades de los que están aquí y quieren vivir aquí".

"De repente, una persona recibe esta solicitud por un valor muy alto, sin ninguna consulta con las asociaciones de inmigrantes", destacó el dirigente bengalí, preocupado por la "señal negativa" que se da a quienes "también trabajan tanto por la economía portuguesa".

En el correo electrónico enviado a los inmigrantes, AIMA advierte de que el pago debe realizarse en un plazo de diez días hábiles, para garantizar "la programación de su servicio, tras la presentación de la manifestación de interés".

"La falta de pago de la tasa en el plazo establecido determina la finalización del procedimiento de regularización" y, "una vez validada la cuenta y efectuado el pago, recibirá una propuesta de programación en los 20 días hábiles siguientes".

Tras "la cita y antes de la fecha prevista, recibirá un enlace que le permitirá volver a presentar toda la información y documentación actualizada, con el fin de agilizar su trámite y simplificar el servicio", señala AIMA en el correo electrónico.

"Si ya no está interesado en continuar con la manifestación de interés, le rogamos que nos lo comunique haciendo clic aquí, permitiendo así que otro usuario pueda acceder más rápidamente a una vacante", puede leerse también en el correo electrónico.

Mohamed Sall llegó de Malí hace seis meses y hoy ha estado en la puerta de AIMA para intentar obtener más información.


Estafa

"Hay que pagar, yo pago. Sólo quiero asegurarme de que no me están estafando. Ya le debo mucho a mucha gente por llegar hasta aquí", dijo, sin aclarar cómo hizo el viaje a Lisboa.

"Portugal es el país donde quiero vivir. Quiero vivir en un lugar organizado y sin guerras", explicó.

El dirigente de la Asociación de Apoyo a los Inmigrantes y Refugiados en Portugal, Amadou Diallo, considera "inaceptable" el coste solicitado en un solo pago, antes de la programación.

"400 euros es mucho dinero y la gente no tiene nada. Viven en la calle y ahora quieren 400 euros", se pregunta.

Levin dejó el sur de Turquía, junto a Siria, para intentar "vivir en Europa". Trabaja en un restaurante y sueña con traer a su mujer y a sus hijos. "Me gusta Portugal, no voy a renunciar. Pero es difícil pagarlo todo de una vez", afirma.

Si el objetivo de las autoridades portuguesas es alejar a los inmigrantes del sueño de la residencia legal en Portugal, Rana Taslim Uddin advierte de que no será así.

"La gente pagará. Es injusto, pero pagarán, porque los que quieren quedarse aquí a trabajar, a los que les gusta Portugal, no quieren irse de aquí", resumió.

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