"Las Asociaciones de Inmigrantes estamos en total desacuerdo con el fin de la Expresión de Interés; su fin supone un retroceso de al menos 17 años en las políticas de inmigración y además, nos representa retroceder a antes de 2007 o incluso al siglo pasado, durante la construcción de la Expo 98, el puente Vasco da Gama y otras grandes obras, en las que decenas de miles de personas inmigrantes permanecían en situación irregular sometidas a la arbitrariedad de empresarios y mafias sin escrúpulos", escriben las 47 organizaciones.

En un texto titulado "Manifestación de Protesta del Movimiento Asociativo", estas asociaciones afirman que la medida "no sólo deja fuera a decenas de miles de personas inmigrantes que trabajan y cotizan a la Seguridad Social, con la esperanza de realizar una Manifestación de Interés y obtener así un Título de Residencia, sino que cierra las puertas a quienes el país necesita".

Argumentando que las empresas portuguesas "no van a contratar a trabajadores que no conocen y que están a miles de kilómetros de distancia", las asociaciones afirman que la iniciativa del Gobierno cambia las colas ante la Agencia de Inclusión de Migraciones y Asilo(AIMA) por las puertas de los consulados, que no tienen medios ni para tramitar las solicitudes ni para controlar las mafias que se dice que existen en el proceso de concesión de visados de trabajo.

El fin de la presentación de manifestaciones de interés -una solución legal que permitía a un extranjero en Portugal comunicar a las autoridades que tenía perspectivas de trabajo y quería regularizarse como inmigrante- se anunció el día 3 y entró en vigor al día siguiente.

Desde entonces, se rechaza cualquier nueva solicitud de manifestación de interés, aunque el solicitante ya esté en Portugal.

El Gobierno quiere que los inmigrantes inicien el proceso en los consulados y embajadas portugueses antes de llegar a Portugal, una medida que afecta especialmente a aquellos cuyos países no tienen representación diplomática portuguesa.

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