No cabe duda de que nuestros hijos sienten la presión, ya que los datos del NHS sugieren que casi 300.000 jóvenes británicos padecen un trastorno de ansiedad. Se cree que afecta hasta al 19% de todos los niños y adolescentes del Reino Unido, y hasta al 5% de los menores de 12 años.
"Sabemos que la ansiedad es el trastorno psicológico más común entre niños y jóvenes", afirma Dave Smithson, director de operaciones de Anxiety UK. "Sin embargo, los signos de ansiedad no siempre son evidentes para que los detecten los padres".
Deirdre Kehoe, codirectora ejecutiva y directora de formación y servicios de la organización benéfica de salud mental infantil YoungMinds , afirma que es normal que los niños y los jóvenes experimenten preocupación, estrés o ansiedad en determinados momentos de su vida, como en época de exámenes, si tienen relaciones difíciles con amigos y familiares, problemas económicos o están preocupados por las noticias.
Pero señala: "Cada vez son más los jóvenes que necesitan apoyo para su salud mental, y la ansiedad es una de las enfermedades mentales más comunes. Sabemos, por lo que hemos hablado con los jóvenes y por nuestras propias investigaciones, que el año pasado ha sido uno de los más difíciles para los jóvenes: la salida de la pandemia con perspectivas más limitadas para su futuro, junto con un aumento de la presión académica para ponerse al día en el aprendizaje perdido, y el impacto de la crisis del coste de la vida".
Kehoe afirma que la ansiedad puede convertirse en un problema cuando un joven no se encuentra en una situación estresante, pero aun así se siente más preocupado o presa del pánico de lo habitual.
"Como padre, puede ser difícil saber si tu hijo está pasando por un mal momento, y los signos no siempre son evidentes", añade. "Pero si crees que puede estar pasándolo mal, hay algunas cosas a las que puedes prestar atención".
Los signos de ansiedad más difíciles de detectar en niños y jóvenes pueden ser...
1. 1. Problemas para dormir
"Tener dificultades para conciliar el sueño, tener pesadillas y tal vez mojar la cama son signos de una posible ansiedad que podría confundirse con otra dolencia", dice Smithson.
2. Nerviosismo
Si tu hijo parece menos capaz de afrontar las cosas y más nervioso de lo habitual, puede deberse a una ansiedad subyacente, advierte Kehoe. "Los síntomas serán diferentes para cada persona, pero entre las cosas que tu hijo podría estar experimentando se incluyen sentirse nervioso, abrumado o lleno de pavor", dice.
3. Problemas físicos
Las dolencias menores, como problemas de estómago o sensación de desmayo, pueden ser un indicio de que existe un problema subyacente. Kehoe dice: "Los síntomas físicos, como sentirse débil o tener calambres estomacales o diarrea, pueden ser un signo de ansiedad".
Smithson añade: "Los malestares estomacales y los dolores de cabeza pueden ser una dolencia común, pero también son un efecto secundario común de la ansiedad en niños y jóvenes, especialmente si ocurren con frecuencia y se utilizan como excusa para evitar la escuela."
4. Volverse más pegajoso
Smithson dice que otra señal a tener en cuenta es que tu hijo se ponga lloroso o no quiera dejarte marchar. Esto suele ser un signo de ansiedad por separación, que según los datos del NHS es la forma más común de ansiedad en niños menores de 12 años.
5. Cambio en los hábitos alimentarios
YoungMinds dice que los problemas con la comida pueden comenzar como una estrategia de afrontamiento cuando los jóvenes están ansiosos, y pueden perder el apetito, o tal vez empezar a comer por comodidad cuando no tienen hambre. "Si notas que ha habido un cambio en los hábitos alimenticios, podría ser una señal de que necesitan algo de ayuda", aconseja Kehoe.
6. Perder los nervios
Los adolescentes son famosos por perder los estribos, pero sus arrebatos pueden no ser sólo el resultado de las hormonas, advierte Smithson. "Esos arrebatos adolescentes de ira o frustración no son sólo signos de que están creciendo, sino que también pueden ser el resultado de sus pensamientos y sentimientos de ansiedad subyacentes", explica.
7. Falta de concentración
Si notas que a tu hijo le cuesta concentrarse en una tarea determinada, podría significar que está estresado por algo. "Este podría ser otro signo de ansiedad en niños y jóvenes", dice Kehoe.
8. Confianza reducida
"Si notas que tu hijo se está volviendo retraído, o si parece que le falta confianza o se enfada, podría ser un indicador de que necesita ayuda", advierte Kehoe.
Smithson señala que la falta de confianza o autoestima puede ser un síntoma de ansiedad en niños más mayores, más adolescentes.
Cómo ayudar
Kehoe dice que hablar de la ansiedad con los niños puede ser difícil, y puede que al principio les cueste hablar de ello. "Si se abren", aconseja, "escuche sin juzgar cómo se sienten. Recuérdales que no pasa nada por sentirse asustados o preocupados e intenta tranquilizarles de una forma adecuada a su edad.
"Recuerda que no tienes por qué saber todas las respuestas, pero hablar con ellos puede ayudarles a sentirse más tranquilos".
Sugiere a los padres que busquen formas de ayudar a los niños a sentirse más tranquilos, como la atención plena, la meditación y las técnicas de enraizamiento.
Y añade: "Si cree que su hijo necesita ayuda profesional, hable con su médico de cabecera y con el colegio, y considere si el asesoramiento o la terapia pueden ayudar. La medicación también puede ayudar a controlar los síntomas de ansiedad, y el médico puede sugerirla junto con la terapia verbal".