De las diez mil personas encuestadas, casi la mitad afirmaron que era más difícil controlar los residuos porque el calor descompone los alimentos con más facilidad, y más de una cuarta parte de los encuestados afirmaron que comen menos con el calor, por lo que se desperdicia más.
Un porcentaje menor afirmó que la gente come más fuera en verano, lo que hace que se desperdicie más comida en casa.
En un comunicado de prensa sobre el estudio, la empresa recordó que la estadística de desperdicio de alimentos en Portugal es de 1,89 millones de toneladas al año, y que el planeta está en déficit ecológico desde el 2 de agosto (momento en el que empezamos a consumir recursos que sólo deberíamos agotar el año que viene).
Para evitar que la comida se desperdicie, Too Good To Go (fundada en Dinamarca en 2016 después de que un grupo de amigos viera toda la comida sin usar tirada en la parte trasera de un restaurante) conecta a los consumidores con restaurantes, supermercados, tiendas de comestibles y hoteles a través de su app, permitiendo a los usuarios comprar comida que no se habría utilizado de otra manera a precios bajos. Actualmente, está presente en 17 países y llega a 80 millones de usuarios y 134 mil marcas asociadas.
El estudio advierte que el 28% de los portugueses desperdicia más comida en verano, y que el desperdicio alimentario mundial es responsable del 10% de las emisiones de carbono.
Más allá del despilfarro económico y de recursos naturales, afirma el documento, tirar comida también tiene el impacto medioambiental negativo de generar varios gases de efecto invernadero, como dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, que se liberan a medida que los alimentos se descomponen.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, cerca de un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo se pierden o desperdician en alguna fase de la cadena de suministro de la industria alimentaria, entre la producción y el consumo, mientras tanto más de 800 millones de personas pasan hambre.
Los datos publicados el año pasado indicaban que cada ciudadano portugués desperdicia unos 183 kg de alimentos al año, 10 kilos por encima de la media de la UE.
Entretanto, según el estudio, siete de cada diez personas encuestadas confesaron hacer todo lo posible para no desperdiciar comida, el 61% de los encuestados dicen sentirse molestos y angustiados cuando se desperdicia comida, y el 66% revelaron ser conscientes de la comida que desperdician en casa. Más de la mitad afirma pedir una bolsa con la comida sobrante para llevársela a casa cuando come fuera.
Desde su creación, Too Good To Go ha evitado que se desperdicien más de 220 millones de toneladas de alimentos. Sólo en Portugal se han recuperado más de 2,9 millones de cajas, evitando un desperdicio de más de 2.900 toneladas de alimentos.