Con motivo del DÃa Mundial de la Tierra, el 22 de abril, ANP l WWF lanzaron el "Plan semanal para una alimentación sana y sostenible", que demuestra que es posible comer dentro de uno de los lÃmites del planeta, concretamente en lo que se refiere a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Este plan detalla las porciones y el tipo de alimentos que pueden componer el plan semanal de una familia, recordando que lo que comemos no sólo afecta a nuestra salud, sino también a la salud del

planeta.

Para Ângela Morgado, Directora Ejecutiva de ANP l WWF, "la actual producción de alimentos tiene enormes impactos sobre los ecosistemas, concretamente en términos de pérdida de biodiversidad, y de uso y contaminación del agua, por lo que uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos es la transición hacia un sistema más sostenible que garantice un futuro en términos de seguridad alimentaria. Precisamente por tratarse de un reto de este tipo, este Plan es muy útil para todos aquellos que quieran hacer cambios en sus hábitos alimentarios"

El estudio, realizado en colaboración con la Asociación Portuguesa de Nutrición, está disponible digitalmente en la web de ANP l WWF, e incluye un plan semanal gratuito diseñado para 4 personas -mujer, hombre, adolescente y niño- que contempla las necesidades nutricionales de cualquier tipo de familia.

La

organización pretende ayudar a las personas a realizar una transición alimentaria consciente, con un impacto positivo en la reducción de los actuales efectos nocivos de la producción agrícola y pesquera, la reducción del desperdicio de alimentos y la adopción de dietas más saludables y sostenibles.

La forma en que producimos y consumimos alimentos nos está poniendo en una situación de emergencia global, tanto en la naturaleza como en nuestra salud. Principal motor de la pérdida de biodiversidad, la producción de alimentos también contribuye a cerca del 26% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, y se prevé que este porcentaje se duplique en los próximos años. El sistema alimentario sigue siendo el mayor consumidor y contaminador de los recursos hídricos del mundo, dañando lagos, ríos y océanos

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A nivel mundial, cerca del 40% de toda la tierra agrícola se utiliza para producir alimentos. La carne, la acuicultura, los huevos y los productos lácteos se producen utilizando alrededor del 84% de las tierras agrícolas del mundo dedicadas a la producción de alimentos y contribuyen a casi el 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero de los alimentos, a pesar de proporcionar sólo el 37% de las proteínas y el 18% de las calorías que consumimos.

Según la última Encuesta Nacional de Alimentación y Actividad Física (IAN-AF, 2015 a 2016), la población portuguesa consume de media más alimentos de origen animal (lácteos, carne, pescado y huevos) y menos frutas y verduras de lo recomendado por la Rueda Mediterránea de la Alimentación

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Este consumo excesivo de productos de origen animal es el tercer factor de riesgo principal que más contribuye al número total de años de vida saludable perdidos, concretamente debido a enfermedades metabólicas, enfermedades cardiovasculares y cáncer. Además, según la IAN-AF, estos hábitos, combinados con una baja actividad física, son responsables del problema del sobrepeso que abarca a más de la mitad de la población portuguesa, cerca del 34,8% tiene preobesidad, y el 22,3% obesidad

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Para construir los planes de comidas semanales presentados en el estudio, se calcularon las necesidades energéticas (Valor Energético Total - VET) y nutricionales de cada miembro de la familia, considerando que los hidratos de carbono corresponden al 50%, las proteínas al 20% y las grasas al 30% del VET.

Créditos: Imagen suministrada;

En términos de sostenibilidad, y con el objetivo de respetar los valores recomendados de huella de carbono, se elaboraron siete planes de comidas diarias para cada miembro del hogar que se encontraban dentro del límite diario de 2,04 kg de emisiones de CO2-eq por persona*.

El estudio también reveló que las comidas principales a base de plantas suelen tener una menor huella de carbono que las comidas principales a base de carne, pescado o huevos, siendo las comidas a base de carne las que suelen tener una mayor huella. Para que nuestra dieta se mantenga dentro de los límites planetarios, es crucial aumentar el consumo de alimentos de origen vegetal.

La

ANP|WWF y el CNP demuestran así que es posible llevar una dieta saludable que además tenga un menor impacto ambiental, y piden a las autoridades sanitarias que, junto con las de medio ambiente, agricultura y pesca, revisen las guías alimentarias oficiales para que incorporen criterios ambientales, como las emisiones de GEI, el consumo de agua, la destrucción de la biodiversidad, los contaminantes, etc.

* Valor calculado como el máximo diario establecido para la huella de carbono causada por la alimentación de cada portugués, con el fin de cumplir con el Acuerdo de París y garantizar un aumento del calentamiento global inferior a 1,5ºC para 2050.