Según un nuevo estudio, es posible que menos personas estén dejando de fumar desde que empezaron a trabajar desde casa durante la pandemia.

La autora principal, la Dra. Sarah Jackson, de la UCL, afirmó: "Estos hallazgos hacen más urgente una acción política audaz".

Esto es lo que el tabaco puede hacer en distintas partes del cuerpo...

Sistema cardiovascular

Según el Dr. Suhail Hussain, médico de cabecera privado residente en Hertfordshire, fumar eleva la presión arterial, daña los vasos sanguíneos y aumenta el riesgo de cardiopatías, accidentes cerebrovasculares e infartos. "Puede provocar la formación de placa en las arterias y restringir el flujo sanguíneo, lo que puede ser especialmente peligroso si se forman coágulos.

El profesor Mark Whiteley, destacado cirujano venoso y fundador de The Whiteley Clinic, afirmó: "La nicotina inhalada, ya sea en cigarrillos o vaporizadores, provoca la constricción de los vasos sanguíneos.

"Para que la sangre fluya fácilmente por el cuerpo, las arterias y las venas deben poder relajarse cuando sea necesario, permitiendo que la sangre se dirija a donde se necesita y vuelva para eliminar los productos de desecho. La nicotina reduce esta relajación, dificultando el buen flujo de la circulación".

Jim Pattison, asistente político de Action on Smoking and Health (ASH), organización benéfica de salud pública creada por el Real Colegio de Médicos para acabar con los daños causados por el tabaco, añadió: "Fumar es el principal riesgo conductual de enfermedad cardiovascular (ECV) y los fumadores tienen un riesgo cuatro veces mayor de ECV que los no fumadores."

Pulmones

"El humo del tabaco provoca una serie de enfermedades respiratorias, como el cáncer de pulmón y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). También se sabe que aumenta el riesgo de asma (además de ser uno de los principales desencadenantes de los síntomas del asma), tuberculosis (TB) y neumonía", afirma Pattison.

"Fumar también daña los alvéolos (sacos de aire) de nuestros pulmones, lo que impide la entrada adecuada de oxígeno, lo que a menudo provoca disnea". En 2017, se estimó que el 37% de todas las muertes por enfermedades respiratorias en Inglaterra eran atribuibles al tabaquismo."

Sistema reproductor

"Tanto en hombres como en mujeres, fumar puede afectar a la fertilidad", afirma la doctora Anita Raja, médico de cabecera del NHS con sede en Birmingham. "En las mujeres, puede provocar una reducción de la fertilidad, embarazos ectópicos y complicaciones durante el embarazo. En los hombres, puede causar disfunción eréctil y reducir el recuento de espermatozoides".

Huesos

Fumar también puede afectar a la salud de los huesos. "Fumar debilita los huesos, haciéndolos más propensos a fracturas y osteoporosis", afirma Raja.

Cerebro

"Se ha descubierto que fumar acelera el envejecimiento del cerebro", afirma Abbas Kanani, farmacéutico de Chemist Click, señalando que el hábito se asocia a un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia en los adultos mayores.

Los estudios sugieren que metales como el zinc, el hierro y el cobre, presentes en el humo de los cigarrillos, pueden acumularse en el organismo y provocar un deterioro de la función cognitiva. La investigación también ha sugerido que fumar puede causar una "disminución del volumen cerebral", añadió Kanani.

Piel

"Fumar está asociado con el envejecimiento prematuro de la piel, el retraso en la cicatrización de las heridas y el aumento de las infecciones. Fumar priva crónicamente a la piel de oxígeno y nutrientes, y las personas que fuman tienen menos flujo sanguíneo en la cara, lo que significa que su piel recibe menos oxígeno y menos nutrientes", dijo Kanani.

Boca y dientes

Fumar también se asocia a una peor salud bucodental. "Provoca el manchado de los dientes, el desgaste de las encías y es responsable de [muchos] casos de cáncer oral, que también puede provocar graves desfiguraciones", explica Pattison.

Ojos

"El humo del tabaco contiene un cóctel tóxico de sustancias químicas peligrosas que, con una exposición continuada a nuestros ojos, puede provocar daños oculares importantes", afirma Pattison.

Por ejemplo, se asocia a un mayor riesgo de padecer enfermedades como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), cataratas, glaucoma y retinopatía diabética.