A pesar de ser reconocidos como meses lentos en términos comerciales, Erik de Vlieger, Director Ejecutivo de Carvoeiro Branco, afirma que la "cartera de su empresa es muy buena en este momento". Su rentable posición en el mercado es el resultado de su "empresa muy bien organizada", además de su amor por el campo y sus lazos con Portugal. Como él mismo refuerza, "tengo una máquina de empresa, buena gente, gente motivada, gente cualificada, lo que significa que tengo todas las bases que necesito para tener éxito".


Viviendas asequibles

Carvoeiro Branco ha pasado ligeramente de producir casas para extranjeros a fabricar también "casas asequibles para la gente que trabaja aquí, y para los propios portugueses", porque como explica Erik "muchas de las empresas en este momento sólo se centran en viviendas orientadas al turismo y de alto precio, dirigidas principalmente a compradores adinerados del norte de Europa y América, lo que tiene un impacto masivo en los lugareños que buscan lugares asequibles para vivir".


Casado con una portuguesa, Erik se siente parte de la sociedad portuguesa, lo que incluye también formar parte del entorno social. Como él mismo explica, "cuando estás como yo en ese círculo social ves que la empresa cambia, empiezas a pensar un poco diferente y puedes ver que una empresa se traslada a casas asequibles, a gente que no tiene los sueldos del norte de Europa, y eso también es muy importante".


Sintiéndose "responsable" de encontrar soluciones, la empresa del empresario holandés ha invertido en un proyecto llamado 'Residencia Vale da Pipa', que está a la espera de un acuerdo sobre la licencia de construcción. El proyecto consiste en la construcción de 304 apartamentos residenciales asequibles de dos dormitorios situados entre Lagoa y la autopista, y como Erik ha mencionado "se trata de un proyecto muy grande e importante" admitiendo que "no pueden obtener un margen de beneficio muy alto por cada casa individual" pero que el proyecto global "merece la pena".

Hablando de lo que cuesta construir en el Algarve, Erik ha señalado que las cosas no son tan fáciles como pueden parecer al principio debido a "las burocracias, las diferentes leyes y las diferentes velocidades" especialmente en comparación con otros países, como Suecia, Holanda, Inglaterra, Dinamarca, entre otros. "Hay una diferencia de 180 grados en el enfoque de hacer negocios aquí en el Algarve", dijo, añadiendo que ha visto a muchos empresarios que vienen al Algarve y pierden dinero. "Si uno cree que un proyecto de construcción puede terminarse en un año, es más prudente planificar para dos. Para mayor tranquilidad, basta con duplicar el plazo estimado para ir sobre seguro".

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Proyectos futuros

Los principales proyectos futuros de Carvoeiro Branco consisten en la construcción de 104 apartamentos en Salicos (Carvoeiro), que llevará el nombre de "La Corte". Además, la empresa también está negociando terrenos en Portimão para construir 97 apartamentos, además de centrarse en el proyecto de casas asequibles mencionado anteriormente. Erik afirma que su "objetivo es sacar 1.000 viviendas al año" y, aunque subraya que es "extremadamente optimista para el Algarve", añade que hay algunas cuestiones que deben afrontarse.

Portugal tiene diferentes mercados inmobiliarios: la costa, las grandes ciudades, y el "resto", que Erik describe como "el interior, los centros urbanos de los pequeños pueblos, que suelen estar llenos de ruinas". Afirma que, aunque el Algarve rebosa oportunidades, la facilitación por parte de la administración local es crucial para el desarrollo. "Los ayuntamientos, tienen que prestar más atención para poner las cosas a disposición de la gente, para que puedan comprar estas ruinas en estos pequeños pueblos y restaurarlas". Sin embargo, explicó que las autoridades locales tienen a veces una mentalidad del tipo "aquí no se hacen negocios" que hace que la gente desista", y añadió que lo sabe "por experiencia".

Refiriéndose a la propia Lagoa, Erik mencionó que "hay entre 25 y 30 grandes ruinas, y nadie las toca, porque hay normas burocráticas para las ruinas inseguras que se derrumban en el centro de la ciudad". Así, en su propia valoración del mercado inmobiliario, subraya que "tenemos que cuidar de nuestra gente" y afirma que "los ayuntamientos podrían centrarse más en apoyar iniciativas clave. Su atención está muy centrada en la gestión de los permisos de construcción, que podría equilibrarse más con los esfuerzos para fomentar una reurbanización beneficiosa para la comunidad local."

"Camino por Vilamoura y no me veo en Portugal. Las empresas estadounidenses no hacen más que comprar terrenos en la zona para construir más de lo mismo", argumentó Erik, y por eso es necesario poner fin a este tipo de "monocultivo turístico". Erik se trasladó a Portugal en 1996 y desde entonces siempre ha intentado hacer todo lo posible por preservar la identidad portuguesa. "Portugal es un país muy auténtico, no podemos permitirnos perder su autenticidad, y la autenticidad del estilo de vida portugués", afirmó, para terminar diciendo que es "extremadamente feliz aquí, como persona y como empresario".


Author

After studying Journalism for five years in the UK and Malta, Sara Durães moved back to Portugal to pursue her passion for writing and connecting with people. A ‘wanderluster’, Sara loves the beach, long walks, and sports. 

Sara J. Durães