El nuevo modelo inmobiliario consiste en la venta de casas a inversores, con un descuento, que permite habitarlas hasta el final de la vida del anciano propietario.

Este negocio inmobiliario, ya muy común en Francia e Inglaterra, fue importado a Portugal hace apenas cuatro años, por Viager, que acabó siguiendo el modelo francés. No hace mucho, surgió otro concepto en este mercado con el lanzamiento de Empathia, que además de garantizar la compra de viviendas para personas mayores con derechos de usufructo, también invierte en servicios de salud y bienestar para esta población, según Expresso.

Pero, ¿cómo funciona este modelo de negocio?

Los inversores compran viviendas a los ancianos, con descuentos que pueden oscilar entre el 30 y el 60% y con la garantía de que el anciano pueda vivir en la casa hasta el final de su vida (el llamado derecho de usufructo), dice el mismo diario. Tras la muerte del anciano, la propiedad pasa a manos del inversor y los descendientes pierden el derecho a la casa.

Por ejemplo, una casa valorada en 200.000 euros está sujeta a un descuento que depende de la edad del propietario y de su esperanza media de vida, y puede ser adquirida por un inversor (como los fondos de pensiones) por unos 150.000 euros.