Es lo que se conoce como diminutivo. Los diminutivos se utilizan para dar a un sustantivo una connotación pequeña o tierna, para expresar afecto o lástima, o a veces simplemente para dar énfasis general. Dependiendo del tono, también pueden utilizarse con sarcasmo.

He aquí algunos ejemplos de la gran variedad de usos:

- Tamaño: gato se convierte en gatinho (gatito).

- Apodos: Pedro se convierte en Pedrinho

- Cariño: meu anjo (mi ángel) se convierte en meu anjinho (mi angelito)

- Lástima: coitado (pobrecito) se convierte en coitadinho (pobrecito)

- Énfasis: Vais comer tudo (Comerás todo) se convierte en Vais comer tudinho (Comerás absolutamente todo)

- Sarcasmo: Nós temos um probleminha... (Tenemos un pequeño problema...) Con el tono adecuado, esto implica que en realidad es un gran problema.

- Quitar importancia: Tenho uma dor de cabeça (Tengo un dolor de cabeza) se convierte en Tenho uma dorzinha de cabeça (Tengo un pequeño dolor de cabeza)

Los sufijos -zinho y -zinha se añaden cuando la palabra que se quiere modificar termina en vocal acentuada, consonante o diptongo.

En español, tenemos algunas palabras similares, como perrito, mami, cerdito y minifalda, pero son mucho más limitadas en comparación con los diminutivos portugueses. Por ejemplo, no se puede decir "breadlet" para referirse a un trozo pequeño de pan, mientras que "pãozinho" como diminutivo de "pão" (pan) sería perfectamente aceptable en portugués.

El uso de los diminutivos portugueses depende mucho del contexto, así que lleva un tiempo dominar las sutilezas. Hasta entonces, hay que ser prudente para no dar una impresión equivocada.

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