El diploma, que "clarifica el régimen sancionador relativo a la posesión de drogas para el consumo independientemente de la cantidad y establece plazos regulares para la actualización de las normas reguladoras", fue promulgado por el Presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, el 31 de agosto, después de que el Tribunal Constitucional validara el diploma, y publicado en el Diário da República el 8 de septiembre, entrando en vigor el 1 de octubre.

La nueva ley actualiza el decreto-ley de 1993, que aprueba el régimen jurídico aplicable al tráfico y consumo de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, para evitar situaciones de desigualdad entre las Nuevas Sustancias Psicoactivas (NSP) y las drogas sintéticas y distinguir a los traficantes de los consumidores.

El diploma determina que, si la adquisición y posesión de drogas supera "la cantidad necesaria para el consumo individual medio durante un periodo de 10 días, constituye una prueba de que la finalidad puede no ser el consumo", sino el tráfico, cuando antes el límite máximo era de cinco días.

Incluso si la adquisición o posesión de las sustancias supera la cantidad necesaria para el consumo de 10 días, el tribunal puede decidir que las drogas están "destinadas exclusivamente al consumo personal", en cuyo caso puede archivar el caso, decidir no procesar a los acusados o absolverlos y remitirlos en su lugar a una comisión para la disuasión de la drogadicción.

Polémica

En el momento del debate, la nueva ley generó cierta polémica, incluyendo peticiones de "consideración" por parte del ministro de Administración Interna, José Luís Carneiro, y "mucha cautela" por parte del ministro de Sanidad, Manuel Pizarro.

En el debate celebrado a principios de julio, PSD y PS justificaron los diplomas sobre la despenalización de las drogas de síntesis por la necesidad de distinguir entre traficantes y consumidores, para evitar situaciones de desigualdad entre las nuevas sustancias psicoactivas y las drogas clásicas.

Según el "Informe Europeo sobre Drogas 2022: Tendencias y evolución", en 2020 se incautaron casi siete toneladas de drogas de síntesis, sustancias que se venden por sus propiedades psicoactivas, pero que no están controladas por las convenciones internacionales sobre drogas.

"También preocupa el creciente cruce entre los mercados de drogas ilícitas y las nuevas sustancias psicoactivas. (...) Esta evolución significa que los consumidores pueden estar expuestos, sin saberlo, a sustancias potentes que pueden aumentar el riesgo de episodios de sobredosis mortales o no mortales", advertía el informe.

El mismo informe indicaba que a finales de 2021, el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías vigilaba unas 880 nuevas sustancias psicoactivas, de las cuales 52 se notificaron por primera vez en Europa en 2021.