Según el Observador, la asociación ecologista Zero expresó su "fuerte oposición" a la construcción de una nueva presa en el Tajo, en la zona de Constância (Santarém), afirmando que "promueve un modelo agrícola insostenible y compromete la sostenibilidad del agua".
En un comunicado, Cero ha criticado el estudio sobre "Valorización de los recursos hídricos para la agricultura en el valle y oeste del Tajo", cuya consulta pública finalizó el viernes, tras afirmar que "rechaza el proyecto de captación de agua para la agricultura de 1.300 millones de euros (ME) (...)" y que la nueva presa prevista en el Tajo, en el ámbito de ese proyecto, "promueve un modelo agrícola insostenible y compromete la sostenibilidad del agua".
"Tras un análisis detallado" del estudio en consulta pública, la asociación consideró que "la construcción de una nueva presa entre Vila Nova da Barquinha y Constância representa un grave error estratégico", con "impactos inaceptables", ambientales y sociales, entre otros.
"El proyecto promueve un modelo agrícola insostenible, favoreciendo la agricultura intensiva con alto consumo de agua y presenta impactos ambientales, sociales y económicos inaceptables", dijo Zero, señalando que, "además, no explora alternativas verdaderamente sostenibles para la región."
El asunto en cuestión es la construcción de una nueva presa en el Tajo, en la zona conocida como "Constância Norte", y la discusión pública del proyecto ha recibido críticas negativas por parte de empresarios, ecologistas y alcaldes de los ayuntamientos de Constância y Barquinha, que advirtieron de los daños que causaría en términos económicos, turísticos y medioambientales.
Zero también expresó su preocupación, advirtiendo de que el proyecto representa una "inversión millonaria" y una "apuesta de alto riesgo sobre el futuro del agua".
"La viabilidad económica de una inversión de 1,3 mil ME, que equivale a un coste de 30.305 euros/ha procesada, es altamente cuestionable", señaló Cero, tras afirmar que el proyecto "se basa en supuestos frágiles, sin un plan de financiación claro y con altos riesgos asociados".
Cuestionando la "disponibilidad futura de agua", en un proyecto que "asume que el caudal del río Tajo será suficiente para abastecer las nuevas zonas de regadío", Cero afirmó que el estudio "ignora los costes ambientales y sociales del proyecto, como la pérdida de biodiversidad, la degradación de la calidad del agua y los impactos sobre el turismo local".
"Un análisis coste-beneficio más exhaustivo podría revelar que el proyecto no es económicamente viable a largo plazo", subrayó, afirmando que "promueve un modelo agrícola insostenible y depredador".
Para Zero, este proyecto "sigue la lógica del modelo adoptado en Alqueva, basado en el monocultivo intensivo, sin atender a las necesidades nacionales de autoabastecimiento y promoviendo la sobreexplotación de los recursos hídricos, con gravísimas consecuencias ambientales y sociales, (...) agravando los riesgos de escasez de agua en las regiones abarcadas y comprometiendo la calidad de los recursos hídricos, de los suelos y de la biodiversidad".
Afirmando que el proyecto "podría acentuar la concentración de la propiedad y la explotación del suelo y del agua, al tiempo que precarizaría aún más las condiciones de trabajo en el sector agrícola, acentuando las desigualdades sociales", Cero argumentó que "la incentivación de este modelo agrícola ignora la necesidad de adaptar la agricultura a las realidades climáticas y a los desafíos medioambientales" del futuro.
"El estudio no considera alternativas viables y más sostenibles, como los sistemas de agricultura regenerativa y los sistemas de riego más eficientes y adaptables", subrayaron.
En la misma nota, la asociación Cero ha afirmado que el proyecto podría suponer un "incumplimiento de los compromisos medioambientales", tras destacar que "la construcción de la presa perjudicará la conectividad fluvial, poniendo en riesgo especies piscícolas migratorias como la lamprea marina y el sábalo, además de favorecer la proliferación de especies invasoras".
En este sentido, y "dados los riesgos e impactos identificados", Cero ha considerado que este proyecto "supone un grave retroceso en la gestión sostenible de los recursos hídricos" y ha instado a las autoridades competentes a "replantear la estrategia de desarrollo agrícola para el Valle y Oeste del Tajo, optando por soluciones alineadas con la preservación del medio ambiente y la resiliencia climática".