Un nuevo estudio compartido por idealista revela que, aunque existe una mayor presión de los extranjeros en los mercados residenciales de Lisboa y Oporto, su presencia tiene un "impacto limitado" en los precios de la vivienda.

"La presión de los extranjeros sobre los precios de la vivienda es mayor en las áreas metropolitanas de Lisboa y Oporto, pero el impacto de esta demanda sobre el valor medio de la vivienda parece globalmente limitado", concluye el 'policy paper' "La crisis de la vivienda en las grandes ciudades - un análisis", divulgado por Rita Fraque Lourenço, Paulo M. M. Rodrigues y Hugo de Almeida Vilares.

Esto se debe a que, aunque los extranjeros compran casas mucho más caras que los portugueses en las diferentes regiones del país, su representación en el volumen total de ventas de viviendas en Portugal sigue siendo baja (aunque está aumentando significativamente). Por esta razón, su impacto en el precio medio de la vivienda es más limitado.

Ahora bien, los extranjeros extracomunitarios que recurren al programa de permisos de residencia para la actividad de inversión inmobiliaria (ARIs, comúnmente conocidos como visados oro) además de ser un "universo limitado", "pueden finalmente no establecer su residencia en Portugal debido a la permisividad de la legislación a nivel nacional". Entre 2012 y 2022, se concedieron alrededor de 10.600 visados oro, lo que representa una inversión global de unos seis mil millones de euros - el 0,2% del PIB en 2022.

En cuanto al visado comúnmente asignado a los nómadas digitales, atrajo a 26.525 ciudadanos entre 2018 y abril de 2023.

"A este fenómeno de atracción de no residentes contribuyen medidas de carácter fiscal, como el programa de residentes no habituales, que otorgan a estos ciudadanos ventajas en la forma de tributar por sus rentas", señalan. Según la AT, este programa benefició a 51.903 ciudadanos entre 2009 y 2020, lo que supone un gasto fiscal en 2021 de 1.210 millones de euros (en torno al 0,56% del PIB).