Las ventas de viviendas han ido cayendo en la Unión Europea (UE) en un contexto de reducción del poder adquisitivo y elevados tipos de interés en los préstamos para vivienda. Y este enfriamiento de la demanda se ha reflejado en la evolución de los precios de la vivienda en varios países, como Alemania, donde cayeron un 10,2% en el tercer trimestre de 2023 respecto al mismo periodo del año anterior, según datos de Eurostat. Como resultado, los precios de la vivienda en la UE cayeron un 1% y en la Eurozona un 2,1%.

Pero también hubo Estados miembros en los que los precios de la vivienda siguieron aumentando, como fue el caso de Portugal (+7,6%). Según un informe de idealista, en Portugal "la conexión entre los mercados inmobiliario y crediticio puede ser menos fuerte que en otros países", ya que una gran proporción de portugueses con vivienda propia (en torno al 80% de la población) ya no está pagando los préstamos para vivienda.

Este aumento continuo del coste de la vivienda en Portugal llevó a la Comisión Europea a advertir de que "los precios de la vivienda están fuertemente sobrevalorados en Portugal". Y existe el riesgo de "una corrección futura más pronunciada" de los precios "si las condiciones económicas se deterioran".

Sin embargo, la agencia DBRS afirma que no existe una burbuja inmobiliaria en Portugal. Con la "escasez crónica de viviendas", la baja tasa de desempleo y el aumento de la migración neta, los analistas de DBRS Morningstar afirman que es "menos probable" que se produzca una caída brusca de los precios de la vivienda en Portugal. Por esta razón, creen que "los precios no están en una 'burbuja', sino que probablemente están alcanzando un 'techo'", concluyen en un nuevo estudio.

Pero, a "medio plazo, la dinámica [de los precios] puede cambiar", lo que "dependerá del mantenimiento de la inflación bajo control, de la estabilización de los tipos de interés y de la actual desaceleración económica, en particular en la zona euro, que debería tener una duración relativamente corta".

El fin de los incentivos fiscales a los extranjeros también podría aliviar la presión creada por el exceso de demanda de vivienda internacional. "Los recientes cambios introducidos en el régimen fiscal de los residentes no habituales, así como el fin de la concesión de nuevos visados dorados podrían dar lugar a una reducción de la demanda externa de inmuebles portugueses", según DBRS.