Cuanto más piensas en ello, peor se pone. Si te parece que no hay nada que puedas hacer para detener ese rubor cuando te sientes avergonzado, estás en lo cierto. No tienes ningún control consciente sobre el rubor: es una respuesta involuntaria; tus mejillas se calientan y tu cara se enrojece. No puedes impedir que la sangre se dirija a tu cara, igual que no puedes forzar a tu corazón a que deje de bombear sangre.


La ciencia del rubor

El rubor parece ser la respuesta del cuerpo a la situación de "lucha o pelea", pero los científicos aún no comprenden del todo el fenómeno del rubor. Se debe a un "subidón" de adrenalina, un estimulante natural activado por el sistema nervioso simpático, una compleja red de nervios que activan el modo de "lucha o huida".

Aumenta la respiración, dilata las pupilas y hace que los vasos sanguíneos de los músculos se dilaten para llevar más oxígeno y energía a donde más se necesita, lo que hace que la persona se ruborice. El rubor se produce en las mejillas y la frente, y puede extenderse vergonzosamente a las orejas, el cuello y la parte superior del pecho, una zona denominada "región del rubor". Esta zona tiene una estructura anatómica diferente a la del resto: la piel de la cara tiene más asas capilares por unidad de superficie y, en general, más vasos por unidad de volumen que otras zonas de la piel, y los vasos sanguíneos de las mejillas tienen un diámetro más ancho y están más cerca de la superficie.


Los animales no se ruborizan

La vergüenza es una emoción muy compleja que requiere saber lo que los demás piensan de uno, lo que puede estar más allá de la comprensión de cualquier otra especie. Aunque los científicos están de acuerdo en que algunos animales son capaces de experimentar emociones básicas, la falta de investigación significa que el jurado aún no ha llegado a un acuerdo sobre las emociones más complejas. Ni siquiera los animales a los que los humanos visten con trajes ridículos tienen la capacidad de sentirse humillados o avergonzados. Charles Darwin observó que "ruborizarse es la más peculiar y más humana de todas las expresiones".

¿Por qué la vergüenza provoca la liberación de adrenalina?

Esta reacción natural se produce ante una amenaza percibida, y también puede desencadenarse por la aparición de una emoción fuerte como el estrés, la vergüenza o el bochorno. ¿Qué ventaja obtiene al abrirse las venas de la cara? La afluencia de sangre a la cara tiene un efecto notable en el aspecto físico. Muchos psicólogos creen que esto sugiere que ruborizarse es un mecanismo de defensa. La ventaja evolutiva de ruborizarse es quizá una señal fiable que el "ruborizado" envía al entorno social, asegurando a los demás que se ha producido una acción inaceptable o una desviación de las normas sociales, y que está siendo debidamente reconocida por ellos.


Cómo dejar de sonrojarse cuando se siente vergüenza

Algunas personas son más propensas a ruborizarse que otras, pero las que se ruborizan pueden intentar aliviar la situación respirando lenta y profundamente, lo que puede ayudar a relajar el cuerpo lo suficiente como para ralentizar o detener el rubor. Como esto ocurre cuando el cuerpo está estresado, la clave para reducir el rubor es disminuir el nivel de estrés.

Alejarse de los focos puede ayudar a limitar el rubor, ya que ser el centro de atención puede hacer que te sonrojes, pero no siempre es posible o socialmente deseable. En el peor de los casos, puedes aceptar que te ruborizas, sonreír y reírte de ello, lo que puede ayudarte a aliviar la ansiedad y aumentar la confianza en ti mismo.


Causas del rubor

Cuando te ruborizas, los demás saben que tu experiencia emocional es verdadera y sincera. Y a veces el rubor en las mujeres se percibe como algo atractivo desde la perspectiva de un hombre: también puede florecer una sonrisa, lo que añade un poco de inocencia real a su mirada. Pero el alcohol, los alimentos o bebidas calientes, las comidas picantes y algunos medicamentos también pueden provocar rubor.

Un dato curioso: los investigadores también descubrieron que, cuando se pedía a una persona que cantara en voz alta mientras alguien observaba un lado de su cara, ¡el lado de la cara observado se calentaba y enrojecía más que el otro!


Author

Marilyn writes regularly for The Portugal News, and has lived in the Algarve for some years. A dog-lover, she has lived in Ireland, UK, Bermuda and the Isle of Man. 

Marilyn Sheridan