"Los radares contribuyen realmente a reducir la velocidad. En estos lugares, el número de accidentes con víctimas se redujo en un 36% y el de víctimas mortales en un 74%. Hay una correlación clara entre la existencia de radares, la disminución de la velocidad y la siniestralidad. Lo que esperamos es que estos radares contribuyan también a salvar la vida de las personas que circulan por nuestras carreteras", afirma el presidente de la Autoridad Nacional de Seguridad Vial (ANSR), Rui Ribeiro.

Los 12 radares de velocidad media controlarán las autopistas A1 (Santarém y Mealhada), A3 (Braga y Trofa), A25 (Águeda) y A42 (Paços de Ferreira), en las rutas complementarias IC2 (Loures y Rio Maior) e IC19 (Sintra ) y en las carreteras nacionales EN10 (Montijo y Vila Franca de Xira), EN109 (Figueira da Foz) y EN211 (Marco de Canaveses).


Los 25 radares restantes están diseñados para medir la velocidad instantánea y su actividad se centrará en las carreteras nacionales.

Entre los lugares controlados a partir de hoy se encuentran: A1 (dos en Vila Nova de Gaia), A2 (Albufeira), A44 (Vila Nova de Gaia), A7 (dos en Guimarães), EN101 (Guimarães), EN103 (Barcelos), EN105 (Santo Tirso), EN109 (Figueira da Foz), EN119 (Benavente), EN125 (Faro), EN14 (Maia), EN18 (Belmonte), EN206 (Fafe), EN234 (Nelas), EN251 (Coruche), EN252 ( dos radares en Palmela), EN260 (Beja), EN5 (Montijo), IC17 (Loures), IC2 (Coimbra y Águeda) e IP7 (Lisboa).

En declaraciones a Lusa, el responsable de la ANSR asegura que "todo está preparado" para la entrada en funcionamiento de los 37 radares, a los que se sumarán próximamente otros 25, hasta totalizar 62.

Estos nuevos radares se suman a los 61 ya existentes y suponen una inversión global de 6,2 millones de euros, siendo la inversión de la institución de 5,8 millones de euros. Sin embargo, la intención de la ANSR no es detenerse ahí.

"El número de radares en Portugal es aún pequeño comparado con la norma en Europa y especialmente en países donde la siniestralidad es, para nosotros, una referencia, como es el caso de Suecia. Tenemos muy pocos radares por millón de habitantes, es un número insuficiente comparado con lo que es normal en los países europeos", dice, y continúa: "No sé cuándo, pero, probablemente, en un futuro próximo tendremos una nueva 'oleada' de radares".