La sonda despegó a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX desde Cabo Cañaveral, en Estados Unidos.
La misión Hera, primera misión de defensa planetaria de la ESA, estudiará en detalle el asteroide Dimorphos, cuya órbita fue alterada en 2022 por el impacto de una sonda lanzada por la Agencia Espacial Estadounidense(NASA), en el marco de la misión DART.
Dimorphos, satélite natural del asteroide Didymos, fue el primer cuerpo del Sistema Solar cuya órbita fue alterada por la actividad humana.
La sonda Hera se propone utilizar sus 12 instrumentos para recoger datos sobre Dimorphos, lo que demostrará que cambiar la dirección de la trayectoria de un cuerpo, como un asteroide, es una técnica de defensa planetaria fiable.
El ingenio también estudiará las propiedades de los dos asteroides y colocará dos pequeños satélites en la órbita de Dimorphos, que observarán su superficie y realizarán sondeos por radar, los primeros que lo hacen en un asteroide.
El asteroide que pretende estudiar la misión Hera se considera un "prototipo" de los miles de asteroides que podrían suponer un riesgo de colisión para la Tierra.
En esta misión, las empresas portuguesas Tekever, GMV, FHP y Efacec han participado en el desarrollo de varios componentes tecnológicos y operativos, como un instrumento con tecnología "láser" capaz de medir distancias de hasta 20 kilómetros, el aislamiento térmico y el sistema de guiado, navegación y control de la sonda, así como un innovador sistema de comunicación entre satélites, según informa la Agencia Espacial Portuguesa.
Se espera que la sonda Hera alcance su destino final, a más de 177 kilómetros de la Tierra, en diciembre de 2026, tras sobrevolar Marte en marzo de 2025.
Dimorphos, de 160 metros de diámetro, orbita alrededor de Didymos, un cuerpo rocoso mayor de 780 metros de diámetro.
En 2019, como Estado miembro de la ESA, Portugal decidió contribuir con 2,8 millones de euros a la dotación financiera de la misión, cuyo coste asciende a 363 millones de euros.