Sin embargo, se espera que esta situación cambie con la propuesta de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2024, que prevé la eliminación de este régimen especial (RNH) no sólo para los jubilados inmigrantes, sino también para los trabajadores que se conviertan en residentes no habituales.

Según un informe de ECO, el ranking de los peores sistemas fiscales analiza no sólo las pérdidas en recaudación, sino también el nivel de injusticia fiscal, traducido en beneficios fiscales, entre grupos de contribuyentes en 25 regímenes especiales de 17 países de la UE. Empatados con Portugal en el cuarto puesto entre los sistemas más perjudiciales están Chipre, en cuanto a las exenciones fiscales concedidas a los jubilados extranjeros, Dinamarca e Italia, en relación con los regímenes especiales para residentes no habituales.

Peores que Portugal son Grecia e Italia, que encabezan la lista de regímenes más perjudiciales, Suiza, que ocupa el segundo lugar, y Chipre, en el tercero.

También en relación con el régimen fiscal de los residentes no habituales, destinado a los trabajadores, Portugal obtiene malos resultados, según el Observatorio Fiscal de la UE, aunque este sistema sea menos perjudicial que el de los pensionistas extranjeros. En este punto, el régimen portugués es el quinto peor, al mismo nivel que Luxemburgo, Suecia, Francia, Chipre, España, Países Bajos e Irlanda.

Impacto negativo

A la hora de evaluar los 25 regímenes, el Observatorio ha tenido en cuenta la duración del incentivo, los niveles de ingresos mínimos, la exigencia de actividad profesional y la cuantía del beneficio fiscal. Así, cuanto más duren los regímenes, mayores beneficios proporcionen y menos condiciones de acceso exijan, como una cuantía mínima de ingresos o la necesidad de demostrar una actividad profesional, mayor será el grado de perjuicio para el país, explica el Observatorio.

En el caso portugués, un régimen demasiado largo y que permitía beneficios muy elevados fue el que tuvo un impacto más negativo en la evaluación final.

En 2022, el gasto fiscal en el régimen del IRS para residentes no habituales creció, en Portugal, un 18,5%, hasta los 1.507,9 millones de euros. Un año antes, el importe ascendía a 1.271,8 millones, según el informe de gastos fiscales enviado al Parlamento.

Este régimen permite actualmente a los trabajadores, con actividades consideradas de alto valor añadido, pagar un tipo especial del IRS del 20% sobre los ingresos de las categorías A (trabajo por cuenta ajena) y B (trabajo por cuenta propia). Los jubilados pagan un impuesto IRS del 10% sobre sus pensiones.

En los últimos 15 años, muchos países han introducido regímenes fiscales preferenciales para atraer a grupos socioeconómicos específicos. Según el Observatorio Fiscal, "desde 1995, el número de regímenes especiales del impuesto sobre la renta de las personas físicas ha pasado de cinco a 28 en la UE y el Reino Unido".

La organización reconoce que se trata de "una estrategia que puede mejorar la recaudación fiscal e impulsar la actividad interna". Pero, en general, es una política negativa: "los contribuyentes, que se sienten atraídos por un país, reducen la base imponible en la misma proporción en otro país y la fiscalidad global acaba cayendo", concluye el Observatorio Fiscal de la UE.