La población mundial está envejeciendo y para 2050 se prevé que "la población mundial de personas mayores se habrá más que duplicado, alcanzando los 2.100 millones", según la Década del Envejecimiento Saludable (2021-2030). Un hecho que ya está provocando cambios en el mercado laboral, según un informe de Dinheiro Vivo.

Para arrojar algo de luz sobre la realidad nacional, el Foro de Ética de la Escuela de Negocios Católica de Oporto realizó el estudio "Ética y Diversidad Generacional en el Trabajo", que, según Helena Gonçalves, coordinadora del foro, también parece "apoyar a las organizaciones en la identificación de oportunidades".

El informe -que recibió 1074 respuestas válidas- se realizó partiendo de la premisa de que "una empresa que tiene un porcentaje de trabajadores de 50 años o más, un 10% superior a la media, es un 1,1% más productiva", según un informe de la OCDE de 2020.

En cuanto al trabajo, la mayoría (95% o más) de los encuestados se considera capaz de responder eficazmente a las exigencias de su trabajo, ya sean físicas, mentales, relacionales o tecnológicas. En este punto, cabe señalar que el 27% de los participantes afirman tener que demostrar con frecuencia que no encajan en las imágenes negativas asociadas a los trabajadores de su edad, lo que sugiere la existencia de estereotipos en relación con la edad.

Aún en el ámbito laboral, son los más jóvenes los que se preocupan por todas las cuestiones laborales relacionadas con la edad (las que se abordaron y llevaron a cabo para realizar este estudio). Ante estos datos, los responsables del estudio consideran importante destacar que "el 70% de los participantes en este estudio pertenecientes a la generación Z afirma haber sentido presión para superar las ideas que se hacen sobre las capacidades subyacentes a su edad y el 48% (casi la mitad) revela haber sentido la necesidad de demostrar que su desempeño profesional no encaja en las imágenes negativas asociadas a los trabajadores de su edad".

Así pues, como conclusión final, el estudio "Ética y diversidad generacional en el trabajo" revela que la atención que debe prestarse a las generaciones más jóvenes debe prestarse también a los trabajadores de más edad. Esto se debe a que la mayoría de los jóvenes de entre 18 y 24 años "se sienten presionados para demostrar lo que valen debido a su edad". Del mismo modo que los mayores de 60 años trabajan más "para superar las expectativas que la gente tiene de ellos mismos, como representantes de una generación".