En cuestión está un acuerdo que formalizará hoy el Ejecutivo para la compra de dos aviones bombarderos pesados contra incendios que tendrán base en Portugal y formarán parte de la reserva estratégica de Protección Civil de la Unión Europea (UE), en un total de 12 que Bruselas financia con un presupuesto total de 600 millones de euros (para Portugal, España, Francia, Grecia, Italia y Croacia).

"Todo se remonta a Portugal, en 2017, cuando se produjeron incendios muy grandes en los que murieron unas 100 personas y cuando se constató que no tenemos suficientes capacidades en Europa", afirma en una entrevista con la agencia Lusa, en Bruselas, el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarčič.

En alusión a los incendios forestales de junio y octubre de 2017 en el país, que causaron más de 100 muertos y 500 mil hectáreas de superficie quemada, Janez Lenarčič cuenta a Lusa que, aquel año, "Portugal no tenía esta capacidad propia", ni podía contar con apoyo de otros Estados miembros por falta de disponibilidad de recursos.

Por eso, desde entonces, la Comisión Europea ha invertido en la preparación contra los incendios forestales y, tras las negociaciones necesarias entre los colegisladores de la UE (ya que la Protección Civil es competencia nacional), mantuvo conversaciones con el fabricante canadiense Canadair, que concluyeron recientemente, para reforzar la flota europea y la de los países "más vulnerables".

"Con las firmas [entre los gobiernos de estos seis países y la compañía], que esperamos se produzcan este año, debemos completar este proceso. [...] Dos Estados miembros ya han firmado contratos de este tipo en marzo, Grecia y Croacia, y esperamos que Portugal lo haga [...] y que, pronto, España, Italia y Francia también lo hagan, para que sea posible iniciar la producción", dice Janez Lenarčič a Lusa.

Está en juego un presupuesto de 600 millones de euros para la adquisición de 12 nuevos aviones de extinción de incendios que se distribuirán, a partir de 2027, entre seis Estados miembros, incluido Portugal.

La idea es, precisamente, que las 12 aeronaves aumenten la capacidad aérea de extinción de incendios de la reserva estratégica rescEU, hablando el comisario europeo de aviones anfibios medianos que son "populares en los países mediterráneos" porque permiten recargar agua en el mar, en lagos o ríos.

"Si hubiera que ir al aeropuerto a repostar, se tardaría mucho más, y el tiempo y la rapidez son esenciales a la hora de hacer frente a los incendios forestales", señala Janez Lenarčič, hablando de que los aviones son "la mejor opción posible" ya que estos países "nunca están lejos del mar o de otra masa de agua."

Se espera que la construcción del primer avión tarde otros tres años, lo que significa que no llegará hasta 2027.

Janez Lenarčič explica a Lusa que, aunque dos aviones tienen su base en Portugal (el Estado portugués se encarga de su mantenimiento y estacionamiento), pueden movilizarse a otros países de la UE, ya que forman parte de la reserva europea, y lo mismo ocurre con el resto.