Según el estudio dirigido por Andrés Ardisson Korat, autor del estudio y científico del Centro de Investigación sobre Nutrición Humana y Envejecimiento Jean Mayer USDA de la Universidad Tufts de Massachusetts, las mujeres que obtienen más proteínas de alimentos vegetales en lugar de carne tienden a estar más sanas a medida que envejecen.

Esto significa que las mujeres de mediana edad tienen casi un 50% más de probabilidades de estar más sanas a medida que envejecen si consumen muchas legumbres, frutos secos y otras formas de proteínas de origen no animal en lugar de carne.

Además, los investigadores afirmaron haber observado un número notablemente menor de casos de cardiopatías, cáncer, diabetes y deterioro cognitivo y mental en las que comían más fruta, verdura, pan, legumbres y pasta.

Por otro lado, las mujeres que consumían mayores cantidades de proteínas animales, sin embargo, eran más propensas a padecer algún tipo de enfermedad crónica, según las conclusiones.

"El consumo de proteínas en la mediana edad estaba relacionado con el fomento de la buena salud en la edad adulta mayor", afirma Andrés Ardisson Korat, autor principal del estudio y científico del Centro de Investigación sobre Nutrición Humana Jean Mayer USDA sobre Envejecimiento de la Universidad Tufts de Massachusetts.

"También hemos descubierto que la fuente de proteínas es importante. Obtener la mayor parte de las proteínas de fuentes vegetales en la mediana edad, más una pequeña cantidad de proteínas animales, parece favorecer una buena salud y una buena supervivencia en edades avanzadas", señalaron.

Además, "quienes consumían mayores cantidades de proteína animal tendían a padecer más enfermedades crónicas y no conseguían obtener la mejora de la función física que normalmente asociamos al consumo de proteínas".

Aunque las proteínas de origen vegetal son las reinas, los investigadores no sugieren una dieta basada al 100% en frutas, verduras, frutos secos y semillas, sino que afirman que las personas también deberían consumir algo de pescado y proteínas animales por su aporte de hierro y vitamina B12. "Los resultados sugieren que una dieta omnívora, que se incline hacia fuentes de origen vegetal, es probablemente la mejor para que las mujeres de mediana edad se aseguren una vida larga y saludable".

"La ingesta de proteínas en la dieta, especialmente de origen vegetal, en la mediana edad, desempeña un papel importante en la promoción de un envejecimiento saludable y en el mantenimiento de un estado de salud positivo en edades avanzadas", afirmó el Dr. Ardisson Korat.

Este estudio se basó en el Nurses' Health Study de Harvard, que siguió a mujeres profesionales de la salud desde 1984 hasta 2016. Esas mujeres tenían entre 38 y 59 años en 1984 y se consideraba que gozaban de buena salud física y mental al inicio del estudio.

Los investigadores analizaron los datos sobre la frecuencia con la que las personas consumían determinados alimentos para identificar las proteínas de la dieta y sus efectos sobre el envejecimiento saludable. Se compararon las dietas de las mujeres que no desarrollaron 11 enfermedades crónicas ni perdieron muchas funciones físicas o salud mental con la ingesta de alimentos de las que sí lo hicieron.

Según los resultados, las mujeres que consumían más proteínas de origen vegetal -que en 1984 se definían como las obtenidas del pan, las verduras, las frutas, la pizza, los cereales, los productos horneados, el puré de patatas, los frutos secos, las alubias, la mantequilla de cacahuete y la pasta- tenían un 46% más de probabilidades de gozar de buena salud hasta una edad avanzada.

Sin embargo, los que consumían más proteínas animales, como ternera, pollo, leche, pescado y queso, tenían un 6% menos de probabilidades de mantenerse sanos al envejecer. El estudio descubrió que las proteínas vegetales también estaban más estrechamente relacionadas con una buena salud mental en la vejez.

En cuanto a las enfermedades cardiacas en particular, los resultados indican que las personas que consumen más proteínas vegetales tienen niveles más bajos de colesterol malo, presión arterial y sensibilidad a la insulina, mientras que un mayor consumo de proteínas animales se asocia a niveles más altos, junto con un aumento del factor de crecimiento similar a la insulina, que se ha detectado en varios tipos de cáncer.

Según el mismo estudio, el consumo exclusivo de proteínas lácteas, como leche, queso y yogur, no se asoció significativamente con un mejor estado de salud en la edad adulta.